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Una lancha motora de 1952 en el lago Ness bate el récord de velocidad, a un alto coste

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Última actualización el 16 agosto 2024

El automovilista británico John Cobb se pasó los años 30 y 40 batiendo récords de velocidad en tierra. En 1947 batió el récord mundial de velocidad terrestre en el salar de Bonneville, con una increíble velocidad de 394,19 millas por hora. A partir de entonces, se centró en el agua.

Cobb recurrió al ingeniero Reid Railton, que ya había diseñado algunos de sus vehículos. Los dos empezaron a probar conceptos para un trimarán a reacción. Con unos pequeños estabilizadores a cada lado de un casco estrecho se mantendría la estabilidad y se reduciría la superficie, lo que permitiría a la embarcación desplazarse sobre la superficie del agua en lugar de surcarla. Las pruebas resultaron prometedoras. Tomaron prestado un motor a reacción del Ministerio de Suministros y construyeron Crusader en 1952. Crusader medía 31 pies de eslora, estaba construido con un armazón de abedul y envuelto en aluminio.

El barco en sí era sólo la mitad de la ecuación. Necesitaban una gran extensión de agua que permitiera a la embarcación acelerar hasta alcanzar su velocidad máxima y desacelerar hasta detenerse antes de quedarse sin espacio. El océano es grande, pero las olas ralentizarían el barco e incluso lo destruirían cuando alcanzara la velocidad máxima. Necesitaban que fuera lo bastante grande como para tener espacio, pero lo bastante pequeño como para que el agua fuera plana. Se decidieron por un tajo de 23 millas de largo en las Tierras Altas de Escocia: Lago Ness

Una vez allí, se encontraron con una serie de problemas. Los vientos podían correr a lo largo del lago sin previo aviso, provocando la formación de capas blancas; incluso las pequeñas olas de las embarcaciones más pequeñas podían destruir el Crusader una vez a toda velocidad. Finalmente, el viento amainó y el agua quedó libre de otras embarcaciones. Se disparó una bengala verde, indicando a Cobb que podía zarpar.

Cobb encendió el motor del Crusader y pronto superó el objetivo de las 200 mph. Todo iba bien hasta que se topó con unas pequeñas marejadas que parecían haber salido de la nada (obviamente, algunas personas las han atribuido a Nessie). El oleaje hizo que la parte delantera del Crusader empezara a oscilar arriba y abajo hasta que la proa se sumergió bajo la superficie. La desaceleración fue tan repentina y tan feroz que el Crusader se desintegró al instante. Cobb murió al instante y su cuerpo se recuperó pronto, pero del Crusader no quedó nada.

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Transporte de Crusader al Lago Ness

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uploads2F20172F92F62Flochness 20La esposa de Cobb en la radio con él

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Alex

Alex

Cofundador y Director de The Bearded Colonel. Alex ha pasado la última década probando todas las maquinillas de afeitar, cremas y aceites para barba disponibles para conseguir el mejor afeitado posible. En su tiempo libre disfruta tocando música (batería y guitarra), viajando y probando diferentes cocinas.