Sé interesante: El arte de contar historias

Hemos hablado de cómo aumentar su magnetismo personal y te ha dado temas para hacerse querer. Pero todo ello no servirá de nada si cuando te toca hablar resultas aburrido. Por increíble que fuera tu aventura del verano pasado, si tu discurso es aburrido, también lo será tu historia. Algunas personas son narradores natos, que atraen a los demás mientras cuentan sus historias. Los menos afortunados ven cómo los ojos de su público se desvían, escuchando a medias mientras consultan su correo electrónico. La buena noticia es que cualquiera puede ser un buen narrador si dispone de las herramientas adecuadas.
Desde pequeños, hemos confiado en esta habilidad. Tommy, un niño de once años, ejercitará la narración en una serie de momentos cruciales, ya sea inventando una elaborada historia de fondo que explique por qué completar sus deberes estaba fuera de su control o aumentando su popularidad al contar a todos los demás niños del colegio su gol ganador del partido, su éxito depende de su capacidad para contar bien su historia. A medida que Tommy se convierte en Tom y, finalmente, en Thomas, las historias pueden cambiar, pero la buena técnica no.
Tal vez Thomas esté contando una cita sobre el verano de 2009, cuando se fue de acampada a Banff (Canadá), cómo vio su vida pasar ante sus ojos cuando un oso pardo se acercó a su campamento. Tal vez la cita vaya bien y unos años más tarde le esté leyendo a su hija un cuento antes de dormir. Sea lo que sea, contar historias es parte cotidiana de la vida, y La gente suele equiparar su interés por tus historias con su interés por ti.
1. Empieza por atraer a tu público con un buen anzuelo
Disculpen la analogía con la pesca, pero es muy cierta. Hay que atraer a la audiencia. Empieza con una frase que llame la atención o hazles una pregunta, aunque sea retórica. El oyente debe estar interesado desde el principio; nadie va a interesarse por una historia que empieza con "me quedé sin pan y tuve que ir corriendo a la tienda". Aunque el tema no sea el de una superproducción de aventuras, eso no significa que no puedas atraer al público desde el principio: "Permítanme que empiece preguntándoles: ¿alguna vez han visto a todo un supermercado mirándoles con total incredulidad y horror?
Permítanme comenzar preguntando, ¿alguna vez han tenido un supermercado entero mirándolos con total incredulidad y horror?
2. Muy bien, ya tienes su interés, ahora construye tu escena
No se puede mantener la atención del público para siempre con una sola frase. En lugar de eso, transpórtelos a su historia; hágales sentir como si estuvieran allí. Primero, dales un contexto al que agarrarse y, después, profundiza en los detalles del escenario. Utilice palabras fuertes y concretas que despierten el interés del público. Los oyentes deben poder sentir la niebla matinal u oler la cerveza rancia. Contar historias es una experiencia de dos personas, así que no se limite a hablar a su público, sino que involúcrelo activamente e inclúyalo en esa experiencia. Usando los detalles anteriores, por ejemplo, tal vez "se despertó de un bofetón por la niebla que había entrado horas antes. Con el hedor de la cerveza rancia pegado a su chaqueta, se levantó e hizo lo que no pudo conseguir la noche anterior: girar su maldita llave para abrir aquella puerta traicionera".
3 Tensión: crearla y liberarla
Ninguna buena historia es lineal. Es decir, debe haber momentos de tensión que enganchen al público, seguidos de una relajación y una liberación de esa tensión. Por supuesto, todas las historias alcanzan su punto álgido de tensión en el clímax, pero también debe haber momentos adicionales de tensión que se acumulan y se liberan a lo largo de la historia. Esto mantendrá al oyente cautivado e interesado.
4 Mantener la concentración y la fluidez
Empezando por el enfoque, es importante no perder la historia en demasiados detalles innecesarios. Sí, usted quiere enganchar a su público, pero si su historia se convierte en una serie de divagaciones, sus oyentes no podrán concentrarse en otra cosa que no sea lo rápido que quieren que termine su historia. Recorte los detalles innecesarios. Tu oyente no necesita saber que tu perro estaba en casa mientras tú estabas de acampada (a menos, claro, que se haya escapado de algún modo y haya recorrido Canadá en tu busca, salvándote en última instancia del oso pardo antes mencionado; esa es una buena idea, inclúyela).
En cuanto a la fluidez, la historia debe seguir un orden cronológico. No des marcha atrás para añadir partes de la historia, perderás a tu público. En caso de que olvides una parte clave de la historia, intenta evitar decir cosas como "oh, se me olvidaba, justo antes de que pasara esto nos gastamos todo el dinero en el casino". Cámbialo por algo que se pueda entretejer de forma natural, más en la línea de "y la suerte quiso que nos quedáramos sin dinero tras unas malas manos de black jack unas horas antes".
5 Ofrezca a su público un cierre
Tu oyente acaba de escuchar tu historia (¡esperemos que sea buena!), así que dale lo que quiere: una conclusión decisiva. Entrégueles su historia envuelta en un bonito y pequeño final conclusivo. Tal vez piense: ¿qué sabe usted? Algunas de las mejores historias se quedan en la incertidumbre. Es cierto, el final de Pulp Fiction es fantástica, y la maravilla del contenido de ese maletín es oro cinematográfico. Sin embargo, usted señor, no es Quentin Tarantino. Además, vas a cabrear a tus amigos si no terminas tu historia.
Este es el marco para una buena narración. Te dejo con algunos consejos y trucos finales. En primer lugar, conocer tu historia por dentro y por fuera mejorará enormemente tu capacidad para contarla. No tendrás que detenerte en recordar lo que pasó, sino que podrás centrarte en el espectáculo. También reducirá las vueltas atrás. En segundo lugar, cuente su historia con todo el cuerpo. Utiliza las manos para explicar las cosas (se ha demostrado que resulta muy atractivo) y emplea voces y tonos distintos para los diferentes personajes y escenarios.
Si has llegado hasta aquí en este artículo relativamente largo, estás preparado para salir ahí fuera y contar una gran historia. En consecuencia, me gustaría felicitarme por comprometerte y mantener su interés hasta este punto. Por supuesto, si no llegaste hasta el final, lo más probable es que lleves una vida aburriendo a tus compañeros de trabajo con malas historias, y yo elegiré consolarme con eso, ¡por muy vano que sea!

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